Familiares y amigos despidieron en ceremonia íntima al activista Adolfo Enríquez Vanderkam, donde se le reconoció la labor social que realizaba sobre la denuncia, motivo por el cual le costaría la vida.
El pastor que ofició la ceremonia dijo «Adolfo servía a la gente, a la comunidad, su voz se escuchaba, su legado se mantiene, ahora tal vez no es una voz sino serán muchas»